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Superar Pobreza noviembre 26, 2007

Posted by sabelle in Sociedad.
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La pobreza no es una situación que tenga su origen en la actualidad, desde siempre la distribución del ingreso entre los miembros de la sociedad ha estado condicionada por factores políticos, legislativos, climáticos, demográficos y sociales.

Al revisar los antecedentes históricos de esta situación en Chile es justo señalar que 35 años atrás las cifras eran mucho más extremas, nos enfrentábamos al problema de un país que tenía un ingreso per cápita relativamente bajo y en torno a ese promedio se ocultaba una distribución muy desigual de la riqueza y del ingreso. De esta forma, el grupo más desamparado fue calificado como extremadamente pobre, y dentro del mismo la mitad de ellos eran niños menores de 6 años, los cuales no tenían acceso a la educación primaria, siendo de esta forma la falta de educación lo que los ataba a esta condición. Esto se comprobaba porque más del 60% de los pobres estaban ubicados en labores agrícolas y en funciones artesanales, teniendo como común denominador una baja productividad y una remuneración mínima.

Así, el ciclo de la pobreza comenzaba con el niño desnutrido que lo llevaba a la muerte prematura o a la supervivencia en condiciones precarias, lo que se reflejaba tanto en el rendimiento escolar, como posteriormente en el trabajo.

Esto originó que el Estado inyectara recursos para mejorar la salud, la vivienda y la educación, permitiendo superar en gran medida el tema de la pobreza extrema, disminuyendo mas no desapareciendo la miseria en los grupos más vulnerables. Sin embargo, la economía tuvo un crecimiento lento e irregular. Así, el desarrollo de los distintos sectores económicos fue muy desigual, siendo la agricultura el sector más rezagado, esto originó una rápida migración desde el campo a la ciudad, lo que trajo consigo un acelerado proceso de urbanización y de concentración de la población en las capitales, las cuales no se encontraban en condiciones de sobrellevar el aumento normal de población. Esta situación dio origen a la formación de poblaciones marginales ubicadas de preferencia en la periferia de las grandes ciudades, lo que a su vez propiciaba hacinamiento, vagancia, alcoholismo, drogadicción y delincuencia.

En esos años se empezó a poner énfasis en la satisfacción de necesidades, para mejorar la calidad de vida y las necesidades angustiosas de aquellos que apenas lograban subsistir.

Así, la erradicación de la miseria pasó a ser el punto central del proceso de desarrollo, sin embargo no fue fácil romper con los criterios tradicionales y los intereses creados para pasar de la expresión filantrópica de la lucha en contra de la pobreza a convertir su erradicación en el objetivo central del proceso de desarrollo.

Fue necesario darse cuenta de que la pobreza era un fenómeno global y que la condición de marginalidad económica, social, cultural y política no se podía superar solo con el crecimiento económico, el cual paradojalmente se entregaba a la libre dirección del mercado.

En este sentido el cambio importante en relación al comportamiento histórico consistió en que el crecimiento fue más acelerado y sostenido lo que propició la destinación preferencial de recursos para cubrir las necesidades de los sectores más postergados de la sociedad.

Esta preocupación por los sectores más postergados se expresó en el fortalecimiento de los organismos públicos existentes, creándose una vasta red de organismos intermedios que contribuyeron a aumentar la eficiencia de las unidades de producción más pequeñas y, al mismo tiempo, se dedicaron a aumentar su eficacia y a colaborar en la solución de los problemas técnicos y financieros que surgían en su operación.

Los avances experimentados en la sociedad chilena en los últimos 35 años se expresan en que prácticamente ya no existe desnutrición infantil proveniente de la sub alimentación, la esperanza de vida es de 70 años, las viviendas son más higiénicas y se ha terminado con la promiscuidad originada por el hacinamiento, además los niveles de escolaridad son más altos y existe un alto porcentaje de oficios técnicos.

Otro de los aspectos que merece destacarse es el cambio producido en la organización social y en las relaciones dentro de las unidades de producción, los grupos sociales mas pobres, especialmente los trabajadores por cuenta propia y los pequeños empresarios del comercio, de la industria y de la agricultura, se constituyeron en cooperativas y otras formas de asociación que les permitieron salir de la marginalidad económica en que se encontraban. Esto se extendió a la organización social comunitaria al nivel de las poblaciones, lo que hizo posible que los antiguos marginados encontraran una forma de insertarse en el sistema social, pudiendo acceder a los beneficios de la educación, salud y vivienda. Esto porque la oferta de estos servicios se adecuó a sus necesidades reales y los pobres lograron aumentar su nivel cultural y de ingreso mínimo, lo que les permitió conocer la importancia que tenia el aprovechar las oportunidades que la sociedad les brindaba y de las cuales habían quedado por tanto tiempo excluidos.

A esto se suma, el incremento paulatino de instituciones sin fines de lucro preocupadas de intervenir en la problemática, las cuales desarrollan una labor conjunta al Estado y los privados para superar esta condición de desbalance social, propiciando el aumento del capital social.

Sin embargo, pese a todas estas mejorías aún subsisten desigualdades que no se justifican sólo por diferentes habilidades de cada sujeto, sino que por la existencia de privilegios no superados.

Siendo de esta forma la pobreza y su erradicación a raíz de la toma de conciencia de los sujetos sociales lo que moviliza este ensayo.

¿Qué es la Pobreza?

En Ciencias Sociales se cree que la pobreza es un fenómeno multi dimensional, polisémico y estructural. Es un fenómeno que impide vivir al individuo de manera satisfactoria, con dimensiones sociales, políticas y culturales. Además se considera que la pobreza repercute en la vida social de los individuos, marginándolos de las situaciones del acontecer nacional, de esta forma se ven obligados a satisfacer unas necesidades sacrificando otras igualmente apremiantes para ellos.

En estos términos la pobreza involucra una serie de elementos, siendo cualquier necesidad humana que no es satisfecha una causal de incluir como “pobre” a un individuo, de tal forma que podemos encontrar distintos tipos de pobres y en distintas situaciones. Aquí, se considera como un juicio de valor social que manifiesta el nivel mínimo de bienestar al cual todos los miembros de la sociedad debieran acceder.

Sin embargo, el análisis económico convencional de la pobreza no pasa de ser un problema de bienestar en donde lo que se pretende es medir y comparar, dentro de una escala de posibles situaciones económicas el rango en que se ubican los sujetos, así, la noción de pobreza se basa en una valoración sobre cuáles son los niveles mínimos de bienestar adecuados y cuáles son las necesidades básicas que deben ser atendidas.

Tal valoración hace que el concepto de pobreza sea esencialmente normativo y su análisis es focalizado solo en ese aspecto y no considera las causas y consecuencias sociales que las cifras no alcanzan a dimensionar, es por esto que la pobreza debe ser medida desde un enfoque multimétodo ya que implica carencia material, malas relaciones sociales, inseguridad, y precariedad, poca confianza en uno mismo.

A raíz de esto, se afirma que la pobreza es la insatisfacción de necesidades básicas resultantes de una distribución de ingreso inequitativa.

Superación de la pobreza: ¿filantropía burguesa o toma de conciencia?

Una de las principales injusticias sociales es la desigual distribución de la riqueza y el ingreso entre los distintos sistemas de personas que coexisten en una sociedad, lo cual ha sido temática de intervención para diferentes actores sociales, quienes afirman que la preocupación de los grandes cambios ocurridos en las relaciones económicas mundiales han permitido mejorar las condiciones de los países más rezagados, asumiendo ésta como una problemática mundial en la cual todos los sujetos deben ser participes del cambio, asumiendo que el desarrollo económico debe estar orientado de preferencia a satisfacer las necesidades de los más pobres.

Históricamente, entre los años 1950 y 1975 el producto bruto del planeta se triplicó y la población aumentó solo en dos tercios, pese a esto la distribución se hizo más desigual, lo que originó que el grupo minoritario, es decir los más ricos se preocuparan por ser solidarios. Ya se hacía evidente que a lo largo de la historia la lista de inequidades entre las clases sociales había aumentado por lo que “el amor al prójimo”, comenzó a ser una realidad en las clases acomodadas, pero esto en términos normativos y culturales ya que no se expresó en el hogar, en la comunidad de clase o en el país, ya que las relaciones entre un estrato y otro se hacían cada vez más ajenas, fomentando segregación y dando paso al mercado para regular los asuntos del Estado, asumiendo éste solo un rol subsidiario, dándole carácter de prioridad a la filantropía burguesa la cual persiste hasta nuestros días. Sin embargo, ser solidariamente consciente de las restricciones que impone la disponibilidad de recursos en relación con las múltiples necesidades de la humanidad, implica una limitación en la apropiación que los más ricos pueden hacer de esos recursos, por esto se debe comprender que la solidaridad consciente es un requisito para la supervivencia colectiva, situación que deben aprehender los más poderosos para tomar conciencia del daño social que provoca la desigual distribución de los recursos.

Tomando conciencia de los derechos y deberes individuales y colectivos se debe dar paso a la solidaridad en la tenencia de los recursos, reemplazando la competencia por la integración, haciendo prevalecer verdaderamente la igualdad en las relaciones humanas. Ya que el desarrollo de los más ricos está costando demasiado a la humanidad y a cada país en particular.

Es justo reconocer que la sociedad ha tomado conciencia paulatinamente sobre los riesgos que implican los grandes desequilibrios. Es así como el tema de la erradicación de pobreza golpea las conciencias, a modo de evitar una autodestrucción originada por la segregación, la marginación y el estigma social. Propiciando la tolerancia y la convivencia entre clases lo que implica la formación de una conciencia colectiva que se comprometa con la causa y en definitiva siente las bases de un país más justo y más integrador.

De esta forma, del concepto genérico o abstracto del amor al prójimo, expresado en la condolencia por la humanidad que sufre, de la prédica del amor a todos los hombres, de las intenciones de ayudar a los necesitados, se debe dar paso a la singularidad de lo conocido, de lo pequeño, de lo que nos rodea, que es precisamente donde el amor al prójimo tiene una expresión real y operativa.

En el fondo las demandas sociales que se desarrollan en este contexto traspasan a toda la sociedad, es decir, nadie se siente indiferente a la situación de pobreza que sufren personas semejantes, con los cuales se puede interactuar a diario sin siquiera sospechar la carga de segregación que pesa sobre sus hombros. Se debe apostar por la integración de los sistemas sociales y la propensión de integración y dignidad para los más vulnerables, teniendo en cuenta que la toma de conciencia de los más poderosos puede ser un paso para la real erradicación de la situación de pobreza. Así se llega a la lógica afirmación de que la superación del desbalance social y las desigualdades que se producen en tiempos de modernidad se encuentran instintivamente presentes en la naturaleza humana, o por lo menos en el inconciente colectivo está esa idea de ayudar al prójimo y propender la igualdad en todos los aspectos. En el fondo de manera normativa a través del proceso de socialización es eso lo que se nos ha enseñado, y de esa forma pasamos la vida hablando de equidad y justicia sin tener conciencia real de lo que eso significa. Sin embargo, este tema roza con las convicciones, ideologías y valores de cada individuo, es un tema meramente normativo y es ahí donde se suele mal entender la ayuda, confundir los planteamientos creyendo aportar sin entender las verdaderas dimensiones de vivir en situación de pobreza, ya que no solo es una limitación en cuanto al poder adquisitivo o la tenencia de bienes y servicios, no se puede restringir el análisis a un aspecto meramente cuantitativo o monetario, ya que eso es caer en el absurdo de que solo el flujo de dinero que posea un sujeto determina su pobreza.

La situación de pobreza es mucho más que eso, es global e implica auto marginarse de la toma de decisiones en aspectos políticos y sociales sobre la coyuntura nacional, implica la no participación ciudadana y la limitación de las capacidades de libre asociación, por esto de todos depende incluir a los sectores más vulnerables en las prácticas culturales, no solo asistirlos de manera económica, sino más bien integrarlos para potenciar sus capacidades y lograr que sean ellos mismos quienes logren identificar sus problemáticas y formular sus demandas a través de la potenciación de sus capacidades, siendo cómplices en este proceso de aumento en el gerenciamiento social. Logrando de esta forma crear una sociedad más humanizada y conciente de las situaciones globales que se desarrollan al interior de una misma comunidad, generando un país que cumpla con las pretensiones para el bicentenario disminuir las cifras de pobreza pero más aún lograr un país más justo y más integrador.

Este Documento fue publicado gracias a aporte de:

Viviana Bazán C.

Licenciada en Sociologia